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La verdadera felicidad. La "Buena Noticia" del fin de semana



¿En qué se parece un político de derecha a uno de izquierda? En lo mismo que un colocolino se parece a un fanático azul y en lo mismo que tu y yo nos parecemos a todo el resto de la humanidad: todos buscamos ser felices. Y todos buscamos serlo de distintas maneras. Quien busca tener mucho dinero, en el fondo lo mueve un deseo de ser feliz por medio del goce de los bienes materiales. Quien se esfuerza por ser famoso y reconocido también está buscando lo mismo. Y quienes se gozan la vida viajando, “carreteando”, o formando una familia ¿acaso no están también buscando ser felices? Entre tantos caminos posibles para encontrar la felicidad, el Evangelio nos indica este fin de semana el verdadero camino para hallarla. La escena es clásica: Jesús va caminando con sus discípulos. Al llegar a casa les pregunta “¿De qué hablaban en el camino?” Se produce un silencio... algo no está bien y Jesús lo sabe. El tema de conversación de los discípulos había sido quién era, entre ellos, el más grande. Jesús, sin perder la calma se sentó y los llamó para conversar, algo importante les tenía que decir: “El que quiera ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos.” Esta enseñanza de Jesús es esencial. Y nos viene bien leerla a todos aquellos que buscamos ser felices. Ser el primero equivale a ser feliz, y la forma para serlo es haciéndose el último: ¡Nos hacemos grandes convirtiéndonos en servidores! Es la manera que Jesús mismo ha vivido para ser el modelo de hombre pleno: haciéndose servidor de todos. La misma enseñanza la encontramos en la última cena (Jn 13, 1-17). Justo antes de ser arrestado, Jesús les reiteró a los discípulos la enseñanza fundamental del servicio haciéndose el último y lavándole los pies a cada uno. Esta doctrina será llevada al extremo en el momento de la crucifixión: Jesús sirve a la humanidad, en una muestra infinita de amor, dándolo todo, inclusive su propia vida. El camino que Jesús nos propone para encontrar la verdadera felicidad es entonces el servicio. No hay mejor manera de discernir la propia vocación que buscando el lugar y el modo en donde puedo servir más y mejor ¡No hay otro camino posible para ser plenamente feliz! Te invito a leer detenidamente el Evangelio y a hacerte preguntas y buscar responderlas. Te sugiero algunas: ¿En qué cosas, caminos o personas estoy buscando la felicidad? ¿Estoy convencido que hay mayor alegría en dar que en recibir? ¿Para ser plenamente feliz en mi vida a qué personas debo servir? ¿Estoy dispuesto a gastar mi vida sirviendo? + Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 9, 30-37 Jesús atravesaba la Galilea junto con sus discípulos y no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba y les decía: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará”. Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas. Llegaron a Carfarnaúm y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: “¿De qué hablaban en el camino?” Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande. Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: “El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos”. Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: “El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a Aquél que me ha enviado”.


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