Religiosos orionistas fueron presencia viva en la Peregrinación de Santa Teresa de Los Andes

Más de ochenta mil jóvenes y peregrinos se congregaron este fin de semana en el Santuario de Santa Teresa de Los Andes, para vivir una nueva versión de la peregrinación nacional, celebrada este año bajo el lema “Peregrinos de la Esperanza”, en el marco del Jubileo 2025. Desde muy temprano, miles de fieles caminaron más de veinte kilómetros hacia el santuario, en una jornada marcada por la oración, el sacrificio y la alegría. Entre ellos, los religiosos orionistas también se hicieron presentes, acompañando a los jóvenes con el estilo sencillo y fraterno que caracteriza al carisma de Don Orione.

El hermano Sebastián Vega y el hermano Javier Navarrete participaron activamente en la Eucaristía central, sirviendo como acólitos y colaborando en la liturgia que reunió a miles de peregrinos. Ambos religiosos representaron con humildad y entusiasmo el rostro joven de la vida consagrada, recordando que servir en el altar también es una forma de evangelizar. Durante la tarde, el hermano Sebastián animó una adoración cantada, que transformó el silencio en oración y el cansancio en gratitud. Su voz y su entrega crearon un momento de profundo encuentro con Dios. Por su parte, el hermano Javier integró la Pastoral de Escucha, un servicio que ofreció acompañamiento espiritual a los peregrinos, brindando tiempo, atención y consuelo a quienes buscaban un espacio para compartir su fe y sus inquietudes.

Mientras tanto, Rubén León caminó junto a la pastoral social del Colegio Don Orione de Santiago, compartiendo la ruta, el esfuerzo y la alegría de los jóvenes peregrinos. Su presencia fue signo de compromiso y esperanza, llevando el espíritu orionista a cada paso del trayecto. Desde el sur, el Padre Gabriel Sama acompañó a los jóvenes de Los Ángeles, animándolos a vivir esta experiencia como un encuentro profundo con Cristo, donde cada paso se convierte en oración y cada cansancio en ofrenda.

La presencia orionista en esta peregrinación fue reflejo de una vocación en movimiento: cantar, servir, escuchar y acompañar. En medio de la multitud, nuestros religiosos recordaron que el Evangelio también se anuncia con gestos, con alegría y con cercanía. Porque para Don Orione, la santidad se construye caminando junto al pueblo, con los pies en el polvo del camino y el corazón encendido de amor a Dios.

¡Ave María y adelante!

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