El CPJV llevó el espíritu orionista a la Fiesta de los Carismas UC

El Centro Pastoral Juvenil Vocacional Orionista (CPJV) participó con entusiasmo en la Fiesta de los Carismas 2025, celebrada el pasado 16 de octubre en el Campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica de Chile, con motivo de los 90 años de la Facultad de Teología UC. Esta jornada reunió a diversas comunidades, movimientos e instituciones eclesiales, en una experiencia marcada por la alegría, la fraternidad y el reconocimiento de los múltiples dones que el Espíritu suscita en la Iglesia.

El stand vocacional orionista, preparado y animado por el equipo del CPJV, se transformó en un verdadero punto de encuentro para estudiantes, docentes y visitantes. Allí se ofrecieron espacios de escucha, conversación y acompañamiento, donde los jóvenes pudieron conocer más sobre la vida consagrada y la espiritualidad de San Luis Orione. Durante la jornada se entregaron las nuevas estampitas de Don Orione, se obsequiaron gorros vocacionales y se vivieron momentos de cercanía y alegría que reflejaron el espíritu familiar propio de nuestra Obra. Incluso Orionito, símbolo alegre de nuestras misiones, se sumó al ambiente festivo compartiendo con los asistentes a través del baile.

El Padre Claudio Quintanilla, el Hermano Javier Navarrete y el Hermano Sebastián Vega acompañaron la jornada en representación de la Congregación. El Hermano Sebastián Vega compartió su misión a través del canto, animando el ambiente con su testimonio musical y recordando que la vocación también se expresa en los talentos que Dios regala a cada persona.

Por su parte, el Hermano Javier Navarrete participó de la procesión con el Santísimo Sacramento, un momento de profunda adoración y recogimiento que marcó el espíritu de la celebración. La jornada culminó con la Santa Misa de acción de gracias, concelebrada por distintos sacerdotes, entre ellos el Padre Claudio Quintanilla, quien representó a la Familia Orionista en esta eucaristía conmemorativa.

La presencia del CPJV en esta instancia fue signo de una Iglesia viva y en salida, comprometida con acompañar y despertar vocaciones al servicio del Reino. Fue también una oportunidad para renovar el llamado a servir con alegría, a seguir el ejemplo de Don Orione y a recordar que cada carisma, desde su particularidad, construye comunión y esperanza.

¡Ave María y adelante!